El malware, forma abreviada de software malicioso, hace referencia a cualquier software diseñado intencionadamente para provocar daños en un equipo, servidor, cliente o red informática. Abarca diferentes tipos de software o códigos de programación de carácter hostil, intrusivo o molesto. El malware puede sustraer, cifrar y eliminar información confidencial, alterar o tomar el control de funciones informáticas esenciales o rastrear la actividad de los equipos de un usuario sin su permiso.
Historia del malware
El concepto del malware se remonta a los primeros días de la informática. Uno de los primeros ejemplos fue el virus Creeper, creado en los años setenta como programa autorreplicante experimental. Era totalmente inocuo y se limitaba a mostrar un mensaje: “I'm the creeper, catch me if you can!”. Sin embargo, puso las bases para el desarrollo de otros tipos de software malicioso.
En los años ochenta y noventa, con la generalización de la informática personal e Internet, el malware empezó a extenderse. Virus como el tristemente célebre Brain, que infectaba a equipos PC IBM, o el Melissa, que se propagaba por adjuntos de correo electrónico, fueron solo dos ejemplos de una amenaza que no dejaba de crecer y demostraron lo rápido que podía propagarse el malware y los daños que podía provocar.
Evolución del malware
Desde que hiciera aparición por primera vez, el malware ha evolucionado y mucho. Inicialmente, sus primeras manifestaciones fueron virus y gusanos, que se propagaban a través de disquetes o correo electrónico. Sin embargo, el malware ha cambiado a la par que la tecnología y, en la actualidad, la definición de malware engloba un gran abanico de amenazas, como ransomware, spyware, adware y troyanos.
El malware moderno es a menudo más sofisticado y emplea técnicas avanzadas para evitar su detección y multiplicar el impacto. Algunos tipos de malware, por ejemplo, pueden transformar su código para evitar la detección basada en firmas, mientras que otros utilizan tácticas de ingeniería social para engañar a los usuarios y conseguir que lo instalen.
Ataques de malware famosos y su impacto
A lo largo de la historia, varios ataques de malware han conseguido infligir unos daños considerables:
- Ataque a la cadena de suministro de SolarWinds (2020): un sofisticado ataque a la cadena de suministro que consistió en introducir malware en las actualizaciones del software Orion de SolarWinds. Esta intrusión abrió la puerta al ciberespionaje por parte de ciberdelincuentes, con los ojos puestos sobre todo en administraciones públicas y grandes empresas.
- WannaCry (2017): este ataque de ransomware afectó a más de 200.000 equipos informáticos en 150 países. Cifró los archivos de los usuarios y exigió el pago de rescates en Bitcoin, lo que provocó importantes alteraciones en empresas y servicios públicos.
- Stuxnet (2010): este complejo gusano echó sus redes sobre sistemas de control industrial, especialmente los utilizados en el programa nuclear de Irán, y demostró la capacidad del malware para provocar daños físicos en infraestructuras.
Tipos de malware más habituales
Las diferentes categorías de malware
El malware puede clasificarse en varias categorías, cada una con sus características y función.
Ejemplos y características de los diferentes tipos de malware
- Virus: programas autorreplicantes que se adhieren a archivos legítimos y se propagan cuando dichos archivos se ejecutan.
- Gusanos: parecidos a los virus, pero pueden propagarse sin intervención del usuario, a menudo aprovechando las vulnerabilidades en los protocolos de red.
- Troyanos: bajo la apariencia de software legítimo, los troyanos engañan a los usuarios para que los instalen y abren la puerta del sistema a los atacantes.
- Ransomware: cifra los archivos de una víctima y pide un pago para obtener la clave de descifrado.
- Spyware: supervisa la actividad del usuario de forma secreta y recopila información delicada sin su consentimiento.
- Adware: muestra anuncios no deseados, a menudo en combinación con software gratuito.
Riesgos asociados a los diferentes tipos de malware
- Pérdida de información: el ransomware y los virus destructivos pueden provocar la pérdida de datos críticos.
- Robos: el spyware y los troyanos bancarios pueden sustraer información financiera, lo que abre la puerta a transacciones no autorizadas.
- Caída de los sistemas: los gusanos y los virus pueden generar alteraciones generalizadas mediante el colapso de redes y sistemas.
Diferentes tipos de ataques de malware
Cómo infecta los sistemas el malware
Uno de los motivos por los que el malware es una de las principales ciberamenazas es porque puede distribuirse y ejecutarse de muchas formas diferentes. Estas son algunas de las vías por las que llega a los sistemas:
- Adjuntos de correo: archivos maliciosos que se ocultan bajo la apariencia de adjuntos legítimos.
- Descargas de software: a veces el malware se mezcla con software legítimo y otras se esconde en descargas falsas.
- Explotación de vulnerabilidades: el malware aprovecha las deficiencias de seguridad en el software y en sistemas operativos.
Vectores de ataque y técnicas más habituales
Los hackers dominan el terreno y saben aprovechar como nadie los diferentes tipos de malware a su alcance. Normalmente los ataques suelen empezar con:
- Phishing: correos o sitios web fraudulentos diseñados para engañar a los usuarios y conseguir que revelen información delicada o descarguen malware.
- Descargas drive-by: el malware se descarga e instala automáticamente cuando un usuario visita un sitio web comprometido.
- Ingeniería social: manipulación de los usuarios para que realicen alguna acción que permita instalar el malware.
Cómo detectar y prevenir el malware
Los usuarios no siempre se dan cuenta de que han caído en las redes del malware, pero con el tiempo algunos síntomas pueden hacerles sospechar. Estos son algunas de las señales de alerta de una infección por malware:
- Pérdida de velocidad: el rendimiento del sistema cae en picado de forma repentina.
- Mensajes emergentes inesperados: aparecen anuncios intrusivos con frecuencia.
- Actividad inusual: acceso sin autorización o cambios en archivos.
Cualquiera de estos síntomas debe ponernos en alerta para detectar una posible infección y eliminar malware.
Técnicas de detección de malware
Los expertos en seguridad utilizan diferentes técnicas para detectar el malware:
- Detección basada en la firma: consiste en identificar el malware a partir de patrones o firmas que ya se conocen. Para este tipo de detección suelen utilizarse programas antivirus, que identifican la firma y la comparan con firmas de malware conocido.
- Análisis del comportamiento: se supervisa el funcionamiento del sistema en busca de actividades que puedan ser indicativas de la presencia de malware. Los equipos de seguridad, ya sea de forma manual o con la ayuda de la IA y algoritmos, estudian el comportamiento de usuarios, routers, terminales y servidores e investigan cambios sospechosos.
- Análisis heurístico: se utilizan algoritmos para identificar la posible presencia de malware analizando la estructura del código y los comportamientos. En concreto, el software y los métodos de análisis heurístico ayudan a los equipos de seguridad a encontrar comandos e instrucciones que normalmente no son presentes en aplicaciones sin fines maliciosos, por lo que pueden indicar la presencia de malware.
Cómo eliminar malware
En una organización, todo lo que tenga que ver con la eliminación del malware debe dejarse en manos de los administradores de seguridad o redes, porque hay que realizar una serie de pasos críticos para erradicarlo por completo y restablecer el sistema a su estado normal.
Estos serían los pasos del proceso:
- El dispositivo infectado se desconecta de Internet para evitar que el malware siga distribuyéndose o que se comunique con los servidores de control.
- Se arranca el ordenador en el modo seguro para que solo se carguen los programas y servicios esenciales, lo que facilita la detección y la eliminación del malware.
- Se puede utilizar software antimalware de solvencia contrastada para analizar a fondo el sistema. Los programas antimalware y antivirus pueden poner las amenazas detectadas en cuarentena o eliminarlas. Una vez realizado el análisis inicial, es recomendable hacer otro para comprobar que no queda ningún resto.
- Una vez que se ha eliminado el malware, se actualiza todo el software (sistema operativo, navegadores y otras aplicaciones) para atajar cualquier posible vulnerabilidad que haya aprovechado el malware. Además, hay que cambiar de inmediato todas las contraseñas, sobre todo las de las cuentas a las que se ha accedido desde el dispositivo infectado, como precaución para evitar posibles robos de datos. Con un gestor de contraseñas, este paso es mucho más fácil.
Prácticas recomendadas para la prevención del malware
La única medida infalible para luchar contra el malware es ponerle todos los obstáculos posibles para evitar que se cuele en el sistema. Estas son algunas de las prácticas recomendadas para prevenirlo:
- Gestor de contraseñas: un tipo de malware llamado keylogger registra las pulsaciones de teclas, por lo que puede descifrar las contraseñas introducidas por el usuario, que luego se envían a los ciberdelincuentes que han iniciado el ataque por malware. Al usar un gestor de contraseñas con función de autocompletado, se elimina por completo la necesidad de introducir contraseñas y, por lo tanto, la filtración de información delicada.
- Software antimalware: uso de programas antimalware de solvencia contrastada para detectar y eliminar amenazas.
- Formación para los usuarios: es importante dar formación a los usuarios para que sean capaces de reconocer los intentos de phishing y eviten las descargas sospechosas.
- Firewalls: uso de firewalls para bloquear el acceso sin autorización a la red.
- Configuraciones seguras: uso de configuraciones pensadas para minimizar el riesgo de vulnerabilidades.
Importancia de las actualizaciones periódicas de software
Tener el software y los sistemas operativos siempre actualizados permite atajar antes las vulnerabilidades. Nunca nos cansaremos de subrayar la importancia de las actualizaciones de software periódicas: no solo corrigen las vulnerabilidades conocidas que puede aprovechar el malware, con lo que se reduce el riesgo de infección. Lo mejor es que no se necesitan herramientas ni aplicaciones especiales para instalarlas.
Riesgos e impacto del malware
Posibles riesgos de las infecciones por malware
Sea cual sea el tipo de infección por malware, hay una serie de riesgos que son comunes:
- Exposición de datos: la información delicada puede acabar en manos de personas sin autorización.
- Alteración del funcionamiento del sistema: puede traducirse en una interrupción de la actividad y pérdidas económicas.
Efectos del malware en la información personal
El spyware puede supervisar la actividad de los usuarios y poner en jaque su información profesional y personal, lo que abre la puerta a operaciones fraudulentas con su tarjeta de crédito, usurpaciones de identidad o acceso a su cuenta bancaria y otros datos delicados usando las credenciales sustraídas.
Perjuicios económicos y pérdida de reputación a causa del malware
Las víctimas del malware suelen terminar pagando el coste del rescate a los autores del ataque, y las empresas tienen que asumir otros gastos, como el coste de la recuperación (gastos relacionados con la restauración de sistemas e información después de un ataque). Más allá de las cifras, las infecciones por malware pueden minar la confianza de los clientes y perjudicar de forma irreversible la reputación de una marca.
La privacidad online, clave en la protección frente al malware
El malware puede causar estragos tanto en organizaciones como a nivel particular. Si entendemos y priorizamos la privacidad online, conseguiremos reducir el riesgo de infecciones por malware y sus consecuencias.
Protección de la información personal contra el malware
El malware suele tener como objetivo obtener información personal, como credenciales de acceso, información financiera y otros datos delicados, por lo que es especialmente importante priorizar la protección de la privacidad.
Uno de los métodos más efectivos para proteger la información personal es tener cuidado al visitar sitios web y abrir correos. El primer paso para reforzar la seguridad debe ser bloquear sitios web y contenidos maliciosos o verificar la autenticidad de las páginas web y los correos antes de hacer nada.
El impacto del malware en la privacidad online
El malware puede tener unas consecuencias nefastas para la privacidad online. Una vez que se infiltra en un sistema, puede robar datos personales, supervisar actividades online e incluso tomar el control de dispositivos. La información robada puede utilizarse después para todo tipo de fines criminales, como robos o fraudes económicos.
Esto no solo perjudica gravemente la privacidad, sino que altera por completo la actividad profesional y personal, por lo que el riesgo es doble para las empresas.
Cómo impedir las usurpaciones de identidad y los robos de datos
Cuando se roba la información personal de un usuario, puede utilizarse para hacerse pasar por esa persona y realizar compras sin autorización o acceder a cuentas privadas. Los robos de datos, por su parte, ponen al descubierto enormes cantidades de información personal y financiera, con un efecto inmediato sobre multitud de personas.
Para poner cerco a estas amenazas, hay que combinar la precaución con medidas técnicas. Con las actualizaciones periódicas del software y los sistemas, conseguimos que se corrijan las vulnerabilidades de seguridad detectadas y se reduzca la penetración del malware por esas vías. Y el uso de programas antivirus y antimalware puede ser muy útil para detectar y eliminar software malicioso antes de que provoque estragos.
Implementación de contraseñas seguras y la autenticación multifactor
Las contraseñas seguras y la autenticación multifactor (MFA) son absolutamente esenciales para proteger la privacidad online. Las contraseñas poco seguras son fáciles de adivinar o hackear, por lo que abren de par en par las puertas de las cuentas delicadas a los ciberdelincuentes. Las contraseñas complejas, combinadas con gestores de contraseñas cifrados, pueden dificultar mucho las cosas a los usuarios sin autorización.
La autenticación multifactor es una capa más de seguridad, ya que requiere una verificación adicional aparte de la contraseña. Puede ser la huella dactilar, el código enviado en un mensaje de texto o un identificador biométrico. Aunque la contraseña termine en manos de los ciberdelincuentes, la MFA impediría el acceso a las cuentas afectadas al no poder superar el segundo paso de autenticación.
Protección de redes y dispositivos frente al malware
Proteger las redes y los dispositivos es vital para evitar las consecuencias de una infección por malware. Esto pasa por configurar firewalls, usar conexiones Wi-Fi seguras y actualizar periódicamente el software. Los firewalls son una especie de barrera que separa las redes de confianza de las que no lo son, por lo que bloquean el acceso sin autorización y el tráfico potencialmente peligroso.
Las conexiones Wi-Fi seguras impiden que los usuarios sin autorización accedan a la red y usurpen datos. El cifrado de la red aporta una capa más de seguridad, porque los datos no se pueden leer ni utilizar aunque sean interceptados. Con la actualización periódica de los dispositivos y el software, se corrigen las vulnerabilidades conocidas que el malware podría aprovechar.
Protección de los datos con LastPass
LastPass incluye un amplio abanico de funciones para impedir la usurpación de la identidad y los robos de datos por malware. Estas son algunas de las ventajas que aporta LastPass a la hora de combatir amenazas.
- Creación de contraseñas seguras y únicas: el phishing y la ingeniería social siguen siendo dos de los principales vectores de amenazas del malware, y los errores humanos están detrás de al menos el 74% de todos los robos de datos. LastPass acaba con los riesgos más habituales relacionados con las contraseñas, como la reutilización, ya que permite crear automáticamente contraseñas seguras y únicas. Además, facilita enormemente el proceso de actualización de las contraseñas en caso de que un ataque de malware llegue a producirse. Por último, un gestor de contraseñas como LastPass guarda las contraseñas en una bóveda cifrada, lo que significa que los ciberdelincuentes no podrán acceder a las credenciales aunque lancen un ataque.
- Uso de la autenticación multifactor (MFA): la MFA añade un paso más de verificación al iniciar sesión en cuentas, lo que dificulta el acceso de los atacantes. LastPass ofrece diferentes opciones para aplicar la MFA, como el envío de notificaciones push a un dispositivo móvil, parámetros biométricos, códigos SMS y contraseñas de un solo uso.
- Supervisión constante de las cuentas: LastPass incluye la supervisión de Dark Web, que permite a las organizaciones recibir alertas automáticas si su información aparece en una base de datos de credenciales robadas o expuestas.
- Información sobre prácticas de seguridad: LastPass permite a los administradores acceder a información sobre el comportamiento de los usuarios en el uso de las contraseñas y también a informes sobre seguridad y accesos. Todos estos datos son útiles para detectar actividades sospechosas.
El malware lleva tantos años con nosotros como la informática, pero sigue evolucionando, lo que nos obliga a recurrir a herramientas cada vez más avanzadas. Con LastPass, las organizaciones pueden reducir el riesgo de sufrir infecciones por malware y proteger a sus usuarios cada día y en todas partes. Empiece hoy su prueba gratuita.