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Trucos y consejos

¿Comparte sus contraseñas? No es el único.

Amber SteelPublicaciónFebruary 22, 2016
¿Comparte sus contraseñas? No es el único.
Tras preguntar a más de 1000 usuarios estadounidenses con el fin de comprender mejor cómo la gente comparte las contraseñas, pudimos comprobar que estos anteponen la comodidad a la seguridad.

Todos compartimos nuestras contraseñas.

Casi todo el mundo (el 95% de los encuestados) comparte más de una contraseña con otras personas, casi siempre con su cónyuge o con un familiar, pero también con compañeros de trabajo y amigos. A pesar de que el 73% de los encuestados saben que compartir las contraseñas conlleva un riesgo asociado, la mayoría lo hace de todas formas por distintas razones. Ya sea para conceder a su cónyuge acceso a cuentas que gestionan de forma conjunta o para asegurarse de que las contraseñas están disponibles en caso de producirse una situación de emergencia, todos los días se comparten contraseñas.

En el trabajo también compartimos nuestras contraseñas.

No solo compartimos nuestras contraseñas en el ámbito de nuestra vida personal. Al menos una de cada cuatro personas comparte una contraseña del trabajo, normalmente por si se produce una emergencia o para delegar el trabajo en otras personas. De hecho, un 61% de los encuestados afirma que es más probable que comparta sus contraseñas del trabajo que sus contraseñas personales. Cuando se comparten las contraseñas en el lugar de trabajo, es muy fácil perder el control y muy difícil asegurarse de que todo el mundo sigue las prácticas de seguridad recomendadas. Si una contraseña compartida no se restablece, un antiguo empleado o proveedor que haya tenido acceso a una cuenta confidencial podría provocar un acceso no autorizado a los datos.

El problema es que no las compartimos de forma segura.

Solo el 19% de los encuestados afirma que no comparten aquellas contraseñas que pueden poner en riesgo su identidad o información financiera, lo que supone que un 81% de gente sí compartiría estas contraseñas. La mayoría de nosotros compartimos las contraseñas repitiéndolas en voz alta o escribiéndolas. ¿Qué problema genera esta situación? Además del riesgo de que alguien escuche sin que usted se dé cuenta o se haga con ese trozo de papel, también supone la pérdida de control de esa contraseña compartida. Es mucho más difícil evitar que la otra persona cambie la contraseña, la comparta con alguien más o intente usar la misma contraseña para acceder a otras de sus cuentas.

No cambiamos las contraseñas con la frecuencia suficiente.

La mayoría de la gente (el 73% de los encuestados) no cambia las contraseñas después de compartirlas con otra persona. El peligro asociado a esta práctica es que la persona con la que comparte su contraseña (aunque confíe en dicha persona en el momento en el que lo hace) puede realizar un uso inadecuado de ella en el futuro, o puede exponerla de forma involuntaria debido a actividades de phishing o ingeniería social. Si no cambia la contraseña, deja abiertas de par en par las puertas de acceso a su vida digital. Y como el 60% de la gente utiliza la misma contraseña en muchos sitios, es todavía más probable que la pérdida de una contraseña provoque accesos no autorizados a una cuenta, una cuenta que podría ser mucho más importante, como por ejemplo la de su banco o su e-mail.

¿Cómo debemos gestionar las contraseñas compartidas?

Está claro que necesitamos una forma mejor de compartir las contraseñas, tanto en casa como en el trabajo. Estos son algunos consejos sobre cómo gestionar mejor las contraseñas compartidas:
  • Comparta las contraseñas utilizando un gestor de contraseñas. De esta forma la contraseña no solo se cifra antes de compartirla de forma segura con otra persona, sino que el control sobre dicha contraseña es mucho mayor, ya que le informa de quién accede a qué contraseña en qué momento.
  • Cuando comparta una contraseña, utilice únicamente contraseñas únicas generadas automáticamente. Si utiliza una contraseña distinta para cada sitio, la exposición de una contraseña no permitirá a los hackers acceder a toda su vida digital.
  • Cambie la contraseña cuando la persona con la que la ha compartido ya no la necesite. Cuando deje de compartir la contraseña, no olvide actualizar su cuenta con una contraseña nueva y generada automáticamente.
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