Todos sabemos que los hackers tienen la mirada puesta en las multinacionales y las grandes empresas. Cuando estas compañías dan a conocer públicamente un robo de datos, la noticia copa los titulares de medio mundo por los millones de personas afectadas. Sin embargo, pocas veces saltan a la prensa los ciberataques que sufren a diario empresas más pequeñas. Pero lo cierto es que las pymes tienen las mismas probabilidades de convertirse en víctimas de ciberdelincuentes y, en su caso, el impacto en sus actividades diarias y en sus resultados puede ser todavía mayor.
La capacidad de una pyme de disuadir los ciberataques o de actuar y recuperarse tras sufrir uno es la suma de las acciones realizadas (o no) para implementar medidas de ciberseguridad y una estrategia de seguridad bien planificada. Con las cibertecnologías adecuadas, las pymes pueden reforzar su seguridad y, a su vez, proteger la salud financiera de su empresa a largo plazo.
Por qué es importante la seguridad para las pymes
El tamaño de una empresa no tiene una relación directa con la probabilidad de ser el objetivo de los ciberdelincuentes. Y, en este sentido, la falsa sensación de seguridad que tienen muchas pymes puede convertirse en su peor enemigo. Casi la mitad de todos los ciberataques (46%) fueron dirigidos a empresas de menos de 1.000 empleados. En 2021, el 61% de las pymes fueron víctimas de un ciberataque, y prácticamente el 40% de las pequeñas empresas aseguraron haber perdido datos esenciales a causa de ataque de este tipo. Solo en 2020, las pérdidas registradas por las pequeñas empresas alcanzaron los 2.800 millones de dólares.
En resumen, las pymes son uno de los objetivos preferidos por los ciberdelincuentes y las ataques pueden tener un precio alto. Y como el 51% de las pequeñas empresas no tienen medidas de ciberseguridad lo más probable es que esta tendencia se consolide.
Principales puntos débiles de las pymes
Para empezar, las pymes deben reconocer que son un objetivo. La dirección tiene que entender los riesgos que entraña un ciberataque y sus posibles consecuencias a largo plazo, y apoyar las acciones necesarias para reforzar la ciberseguridad en toda la organización. Y la seguridad de la información debe estar sobre la mesa de los directivos: muchas pymes dicen que se toman la seguridad en serio, pero luego no tienen un modelo que les ayude a integrar la ciberseguridad en todas las decisiones de la empresa. Cuando desde arriba no se aborda la ciberseguridad como una cuestión financiera sino que se relega a una “responsabilidad de TI”, los riesgos son mayores.
Todos los integrantes de la empresa —desde altos ejecutivos hasta empleados con menos rango— deben ser conscientes de su papel a la hora de proteger la compañía. Es imprescindible que se realicen formaciones sobre seguridad periódicamente para que todos los trabajadores conozcan las amenazas más habituales y sean capaces de reconocer actividades inusuales o sospechosas. Además, deberían conocer los mecanismos para informar rápidamente de cualquier posible incidente. Pero para conseguir un alto nivel de concienciación en ciberseguridad y participación hay que contar con un programa de seguridad bien planificado.
Uno de los errores de las pymes es que a menudo no tienen protecciones ni tan siquiera contra los vectores de amenaza más comunes. Aunque la flexibilidad en el trabajo es en principio una noticia positiva, el teletrabajo y el uso de dispositivos personales para trabajar introducen nuevas amenazas y riesgos (en especial, los ataques de ransomware) que los equipos de TI deben valorar antes de dar libertad a los empleados.
Con menos recursos, empleados sobrecargados y presupuestos más bajos, los equipos de TI de las pymes no consiguen estar al día de los parches de seguridad necesarios. Y los ciberdelincuentes aprovechan los fallos y vulnerabilidades para poner un pie en la red y las aplicaciones corporativas.
En general, son muchas las pymes que infravaloran la importancia de contar con una estrategia de ciberseguridad y planes de contingencia para un posible ciberataque. Sin embargo, los datos demuestran que un ciberataque tiene más probabilidades de éxito cuando no hay ninguna estrategia prevista. En la mayoría de los casos, tarda más en solucionarse, cuesta más dinero y tiene un mayor impacto en la recuperación de la empresa.
Las tres herramientas de ciberseguridad que toda pyme necesita
Aunque las estrategias de seguridad dependen en gran medida de las necesidades y los riesgos de cada empresa, hay una serie de acciones que todas las pymes pueden incorporar para reforzar su ciberseguridad y mejorar su protección frente a futuras amenazas. Lo más útil es concentrar todos los esfuerzos e inversiones en unas pocas herramientas de solvencia contrastada, sobre todo si la empresa está poniendo en marcha (o rediseñando por completo) su programa de seguridad.
Cree un plan de respuesta ante incidentes.
Con un plan de respuesta ante incidentes paso a paso documentado, su empresa estará mejor preparada para enfrentarse al estrés y los desafíos de un incidente de ciberseguridad. En todos los planes de este tipo hay cuatro fases principales: Preparación, Detección y análisis, Contención y recuperación, y Actividad después del incidente. Si los directivos de su empresa cuestionan la necesidad de contar con un plan de respuesta ante incidentes, resalte la importancia de reaccionar de forma rápida y efectiva cuando se produce un ciberataque. Además, estos planes son útiles para generar feedback y ayudar al equipo a seguir mejorando la estrategia de ciberseguridad, así como gestionar los efectos legales y comerciales de una vulneración de datos.
Implante la autenticación multifactor.
La autenticación multifactor (también conocida como MFA) es una tecnología de seguridad que va más allá de las credenciales de la cuenta para reforzar la seguridad en los accesos. Al utilizarla, el sistema obliga a proporcionar información adicional, como una huella dactilar o un código único para comprobar la identidad de un usuario antes de darle acceso. Además, la autenticación multifactor permite analizar otros datos, como la dirección IP, el ID del dispositivo y otros datos contextuales para verificar la identidad del usuario. Con esta tecnología, se reducen o eliminan directamente muchos de los ciberataques más habituales con un sistema relativamente fácil de implementar y utilizar. Para las pymes que buscan la opción que les reporte más ventajas con el mínimo gasto, la autenticación multifactor es una inversión inteligente.
Contrate un ciberseguro.
Las pólizas de seguros tradicionales ofrecen a las empresas una red de seguridad imprescindible: les protegen frente a daños materiales, responsabilidad en caso de accidente o interrupción del funcionamiento habitual. Los ciberseguros son su equivalente digital: aportan los recursos y el apoyo económico imprescindibles para responder a incidentes de ciberseguridad y recuperarse tras este tipo de sucesos. El tipo de póliza puede variar en función del tamaño de la empresa, su sector, el tipo de datos almacenado y el riesgo de exposición. Como requisito previo a la contratación, a veces es necesario demostrar el uso de la autenticación multifactor para la protección de las cuentas, la mejora de la gestión de las credenciales y la implementación de medidas de protección reforzadas en dispositivos y redes, como firewalls, antivirus y copias de seguridad de los datos. Cuando se cumplen estos requisitos, hay una ventaja añadida: la prima del ciberseguro puede ser más baja porque su ciberriesgo global disminuye.
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